Entre los muchos maestros cuyo trabajo continúan
inspirándome como Rembrandt, Van Dyck , Velásquez,
Goya, Sorolla , Sargent y muchos más de quienes gracias a la tecnología puedo aprender muchas
cosas.
Mi pasión por la pintura y el dibujo como la
gran mayoría de artistas viene de la infancia,
recuerdo a una edad de cuatro años rayar paredes y puertas con un lápiz,
tratando de plasmar las cosas que veía. Ese circuito entre: ojos cerebro y
manos comenzaba a afinarse y en estos
treinta y tantos años sigo aprendiendo algo nuevo cada día. Muchas circunstancias
me han alejado de la pintura, pero como si caminase en círculos llego al mismo lugar.
En cada hombre y mujer existe una vocación natural para algo específico, como
una selección natural. Quizá la felicidad
de la vida consiste en encontrar esa vocación que llena nuestras vidas y nos
hace únicos e irrepetibles.
Edwin Olmos
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